viernes, 30 de enero de 2009

Tócame las tetas, Uday

Porque no sólo de porno explícito vive el pajillero. A veces nos gusta el ver el hipnótico y bello bamboleo de unas buenas ubres con el suave murmullo del gusto de una buena jamelga gimiendo.
(Qué bien que rimo. Estoy hecho todo un marqués de Sade)

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